La jubilación como tránsito brusco


“Me di cuenta de que estaba #jubilado a la mañana siguiente, cuando el despertador no sonó, como siempre, a las seis de la mañana”.

Es una etapa para la que muy poca gente se prepara adecuadamente, se vive como un hito lo que debería ser un #proceso, aunque en la mayoría de las ocasiones es una situación previsible y anticipable. Pero la brusquedad no se relaciona sólo con el tiempo.

 Es un cambio brusco porque sus #consecuencias lo son; porque se trata de un cambio trascendente en el que se modifican múltiples facetas de la vida de una persona, en relación a su contexto social, ritmos temporales, relaciones y actividad, que además presenta #incertidumbres significativas y se materializa de forma discreta y puntual.

Existen otras situaciones sobrevenidas como los ERES y Planes de Jubilación Anticipada en las que el cese de la relación laboral y la prejubilación que pude llevar asociada son algo sobrevenido, casi nunca deseado y el periodo de tiempo previo en el que la situación se fragua y se materializa es más corto. 

En estos casos la brusquedad es más fuerte y está en muchas ocasiones asociado a una sensación de pérdida y de fracaso.




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